viernes, 17 de marzo de 2023

Libro: Tess, la de los D'Urberville, de Thomas Hardy


Esta novela narra la trágica historia de Tess Durbeyfield, una bellísima joven procedente de una familia empobrecida en el sur de la Inglaterra rural victoriana. Tess entrará en contacto con Alec D'Urberville, su supuesto primo, quien desde la primera vez que la ve se obsesionará con ella, y será el culpable de buena parte de las desgracias que le ocurran a la joven.


Me resulta complicado hacer una reseña de esta novela de Thomas Hardy, porque los sentimientos que me ha provocado no son buenos. Incluso diría que ha habido fragmentos de la novela que me han resultado insoportables, porque me duele muchísimo asistir a cualquier tipo de injusticia, y desgraciadamente el rol de la mujer ha estado repleto de abusos de todo tipo en buena parte de nuestra historia (y hoy en día en ciertas partes del mundo también). Soy consciente de que habría que juzgar el libro desde la perspectiva de la época en la cual se escribió, pero reconozco que se me hace muy muy difícil. 

Dicho esto, procedamos a hablar de la historia...

Tess es una chica en cuya descripción es imposible que aparezca cualquier adjetivo con connotaciones negativas. Se trata de una jovencita hermosa, de gran corazón, amable, trabajadora, con un gran sentido de la responsabilidad y la moral. Si hubiera que referirse a algo malo de ella, serían sus progenitores. 
Su padre es un tipo vago y alcohólico, que un día descubre que su familia desciende de un apellido de alto abolengo, los D'Urberville. Desde entonces, y pese a que ese dato no es más que una simple curiosidad porque esa familia está casi extinta y ellos viven en condiciones más bien penosas, el cabeza de familia comienza a comportarse como si fuera un caballero a quien todo el mundo debiera adorar. La madre de Tess, por su parte, es una mujer un tanto irresponsable, de poca inteligencia y empatía. 
Es entonces cuando Tess es enviada por sus padres a casa de unos supuestos parientes suyos que sí viven en una situación más acomodada, esperando que les puedan ayudar. Y es entonces cuando Tess conoce a Alec D'Urberville, y comienza su caída en desgracia.
Hablaba tan poco la muchacha y tanto sus compañeras, que no advirtió en el rumor musical la intervención de una nota nueva.
Dos serán los hombres que marcarán la vida de Tess. El primero es el ya nombrado Alec, quien no deja de acosarla continuamente, pese a los continuos rechazos de la chica. Alec va apareciendo intermitentemente a lo largo de la novela, provocando con cada aparición que mi sangre hirviera cada vez más. Es un personaje horrendo, un hombre que no sabe controlarse, y lo que es peor, que es incapaz de aceptar que pueda tener culpa de algo. Siempre hay elementos externos a él en los que excusarse por su comportamiento. Si hubiera nacido en el siglo XXI sería el típico que diría eso de: "La culpa es de ellas por llevar faldas tan cortas". 

El otro hombre que estará muy presente en la vida de Tess es Angel Clare. Un personaje que empezó fascinándome debido a que se nos presenta como un joven de ideas más bien progresistas, que prefiere no seguir la senda de su padre y sus dos hermanos mayores, todos ellos consagrados a la vida espiritual. 

Angel Clare, aunque respeta y ama la Iglesia, no puede concebir adoptar un pensamiento tan cerrado que le impediría seguir cultivando uno de sus tesoros más preciado: su libertad de pensamiento. Es por ello que decide dedicar sus esfuerzos a dirigir una granja, y para ir aprendiendo poco a poco el negocio, considera que la mejor opción es comenzar como un trabajador más en una vaquería. 

Eso es algo que me encanta de él: pese a ser de una familia de cierta posición social que le da oportunidad de acomodarse a una vida prediseñada sin ningún tipo de sobresaltos, él decide arriesgarse a vivir de otra manera, aunque eso suponga el disgusto de sus padres y sus hermanos. A Angel, además, no se le caen los anillos llevando la misma vida que todos los trabajadores de la vaquería, decidiendo relacionarse estrechamente con todos ellos. Para Angel este contacto humano es una vía valiosísima para ampliar sus conocimientos sobre la naturaleza humana, en lugar de sólo a través de los libros.

Y es entonces cuando Angel conoce a una Tess que había decidido alejarse lo más posible de su pueblo huyendo de malsanas habladurías. Ambos jóvenes se entienden perfectamente desde un primer momento, y es un gustazo leer las conversaciones que tienen. Tess abraza al instante todos los pensamientos que predica Angel, admirándolo profunda y sinceramente por haberle abierto una puerta a un modo de ver la vida más desprejuiciado. Creo que este es el único momento en la vida de la protagonista donde es realmente feliz, y eso a pesar de que de vez en cuando se ve atormentada por la culpa al recordar ciertos momentos de su pasado.

A aquel hombre de ideas cerradas le parecía que la Universidad no podía ser otra cosa sino un paso para el sacerdocio.
Definitivamente esta es la parte que más me gustó de la novela. Siempre me han gustado los personajes adelantados a su tiempo, que desafían las férreas costumbres y tradiciones que les toca vivir. Creo que si a día de hoy disfrutamos de tantos avances y mejoras es gracias a la contribución de todas esas personas que quizá en su día no fueron testigos de ningún avance sustancial en sus vidas, pero dejaron plantada la semilla para que esos cambios tuvieran lugar.

Por eso es tan decepcionante la reacción que tiene Angel Clare cuando Tess acaba por revelarle su oscuro secreto. El joven que tanto se vanagloriaba de estar moralmente por encima de la gran mayoría de la sociedad reacciona exactamente igual que hubiera reaccionado cualquier otra persona. Y me parece deprimente la actitud conformista que se apodera de Tess en buena parte de la novela, siempre justificando a Angel, siempre considerándose una mujer manchada, una mujer que no se merece nada bueno en contraposición con un hombre de altos valores como los que supuestamente tiene él.

Sí, es verdad que en otros aspectos Tess demuestra ser una mujer de gran fortaleza, porque siempre opta por salir adelante ella sola ante cualquier circunstancia adversa, sin pedir ayuda de nadie, e incluso enviándole a sus insensatos progenitores el poco dinero que es capaz de reunir a través de los trabajos más duros y peor recompensados económicamente. Si lo piensas fríamente, la resignación de la que hace gala Tess es algo lógico en el contexto, pero cuando lo estaba leyendo me ponía nerviosísima, sobre todo cuando dice cosas como que quien nace víctima tiene que serlo para siempre, o cuando camina por la calle ocultándose el rostro para que ningún hombre pueda admirar esa belleza que tantos problemas le causa.

Thomas Hardy establece en esta novela la tesis de que una persona no debería ser juzgada por sus actos pasados, porque, como él mismo dice, no importa tanto lo que se ha sido como lo que se desea ser. El autor realiza una crítica a esa perspectiva machista de la época que castigaba con dureza los errores femeninos mientras pasaba por alto cualquier equivocación cometida por un hombre. Son varios los momentos de la narración en que Hardy nos muestra cuál es su punto de vista ante la situación, reprochando la actitud de Angel, ridiculizando a ciertos personajes, y criticando a la sociedad en general: "...la sensación de verse condenada por una ley arbitraria de la sociedad desprovista de toda base natural"). 

Como veis la historia tiene bastante jugo, y Hardy escribe con gran maestría. Me encantó especialmente la descripción que hace de Stonehege, creo que consigue plasmar toda la magia que rodea a ese lugar tan extraño que lleva desde el Neolítico formando parte del paisaje de Wilthisre.



Al considerar Angel lo que no era Tess, perdía de vista lo que era y olvidaba que a veces lo defectuoso puede valer más que lo perfecto

Tess, la de los D'Urberville es, pues, una novela que te remueve las entrañas, por lo que os aconsejo que intentéis leerla con la mayor frialdad posible si no queréis que os pase como a mí, que a veces me daban ganas de lanzar el libro contra el suelo. La historia peca un poco de tragedia griega, pero supongo que si Hardy pretendía agitar conciencias no podía ser de otra manera.


Lo mejor:
Las descripciones de los paisajes, la relación entre Tess y Angel cuando trabajan en la vaquería, las reflexiones en alto que hace Thomas Hardy sobre la situación, y la ironía con la que se refiere a ciertos personajes como el padre de Tess

Lo peor:
La sensación de impotencia que te invade leyendo la novela.



Mi puntuación:

¿Habéis leído Tess la de los D'Urberville? ¿O quizá habéis visto alguna serie? ¿O la peli de Roman Polanski? ¡Contadme vuestras opiniones!




Fuentes de las fotos: (1), (2 y 5), (3), (4), (6), (7)
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